Hace 46 años, el 24 de marzo de 1976, gestó uno de los golpes de estado más cruentos de la región. De la mano de personajes siniestros para la historia de nuestro país como Rafael Videla y José Martínez de Hoz, Argentina entró en una etapa oscura en la que, sirviendo al gran capital financiero mundial, se violaron todo tipo de derechos humanos, tanto civiles como políticos. Una escalada de sangre y fuego que dejó miles de desaparecidos, miles de torturados, encarcelados y exiliados, que teñiría de luto a una nación y dejaría diezmada a toda una generación.
Para el sector bancario fue un siniestro viraje hacia el endeudamiento y la fuga de capitales, la corrupción y la estafa a un país que no merecía ese destino. A través de la ley 21526 impuesta el 4 de abril de 1976, se abrió una brecha de desregularización bancaria que afectó a un pueblo entero para beneficiar al sector empresarial interno y externo que, sin ninguna vergüenza, prefirieron negociar sobre la proscripción de los derechos de quienes habitamos este gran país.
Casi doscientos compañeros y compañeras del sector bancario aún permanecen desaparecidos, una herida que jamás sanará, mucho menos si se siguen cometiendo atropellos en nombre de las autocracias impuestas por entidades financieras mundiales cuyo único propósito es endeudar a pueblos para esclavizarnos a su antojo.
Porque nunca más tengamos un 24 de marzo de 1976. Porque la Memoria, la Verdad y la Justicia siempre sean prioritarias para todos los que habitamos esta gran nación.